Tuesday, March 18, 2014

El Valor de Decir la Verdad

Porque Herodes había prendido a Juan, y le había encadenado y metido en la cárcel, por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; porque Juan le decía: No te es lícito tenerla.  ~Mateo 14:3-4

En esta historia bíblica parece ser al principio que el pecado es ganador, que el mal ha vencido sobre el bien porque Herodes tuvo éxito al encarcelar a Juan y librarse de la molestia de alguien que denunciaba su pecado. Herodías y Salomé su hija parecen haber tenido éxito también en manipular a Herodes para deshacerse de Juan. Quizás sea la visión de algunas personas que ven al mal triunfar sobre el bien en algún momento de sus vidas. El mal se gozará por un breve tiempo (Salmo 73:17); pero el bien por toda la eternidad (Mateo 25:46). Parece que triunfan al violar las promesas nupciales y divorciarse sin razones válidas. Juan le reclamó a Herodes Antipas por el pecado de tomar la mujer de su hermano Felipe y por esta causa fue encarcelado (Juan 4:12).

La verdad es luz de Dios para los hijos de las tinieblas y ésta causa molestia a sus ojos espiritualmente muertos. Herodes no estaba contento con la denuncia de Juan y lo encarceló; pero Juan tenía que decir la verdad. Un siervo de Dios no puede andar con mentiras, porque la mentira no es solo no decir la verdad, sino también tapar el pecado, ocultar la verdad de las cosas para quedar bien o parcializarse para recibir beneficios temporales; pero Juan el Bautista no era uno de ellos. Era un hombre de Dios, firme en sus principios y lleno del Espíritu Santo. Así debe ser cada creyente. Con honestidad debemos denunciar el pecado sin temor. Herodes temía a Juan porque el pueblo lo tenía por profeta, pero no solo eso, en su conciencia pesaba el cargo de haber matado a un siervo de Dios. Por eso cuando Jesús comenzó a hacer milagros Herodes pensó que Juan había resucitado (Juan 14:1-2).

Juan probó ser un profeta verdadero porque no cambió su mensaje para salvarse, sino que estuvo dispuesto a ir a prisión y a morir por ello. Su fidelidad fue sometida a prueba  y tentado a flaquear en su fe; pero conociendo a Juan eran evidentes los resultados, no hubo marcha atrás. Esta mujer perversa llamada Herodías que accedió a abandonar al hermano de Herodes para casarse con él acechaba a Juan para matarle y lo logró. Satanás asecha a los hijos de Dios para destruirlos (Juan 10:10; Efesios 6:11) y usa a sus agentes para hacerlo. Como creyentes tenemos que estar preparados para vencer las emboscadas del diablo (Efesios 6:12).

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