Monday, June 2, 2014

Atrévete a Tomar la Cruz

Por: Pastor Carlos A. Goyanes

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.  (Mateo 16:24)

Llevar la cruz de Cristo es el más llamativo de los retos cristianos ya que encierra en ello el sacrificio de seguir a cualquier costo a Jesucristo. Tomar la cruz no es tan simple como ser miembro de una iglesia o asistir los domingos al culto; es más que eso, es aceptar el desafío de Dios a una vida santa, consagrada y dispuesta a servir al Señor a pesar de las circunstancias que nos rodean. En la época de Jesús tomar la cruz tuvo un significado muy diferente, era simplemente llevar un madero sobre si para ser crucificado hasta morir. Nuestro Señor enriqueció es-te significado dándole otra trascendencia. Significa que llevar la cruz conlleva hacer un sacrificio vivo (Romanos 12:1); de manera que, nuestra cruz hoy sería una vida de obediencia a Dios.

Cuando Pedro intentó convencer al Señor para que no tomara la cruz y le habló de autocompasión, Jesús rechazó su petición de una manera brusca diciéndole: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! (Mateo 16:23). Pedro siendo un discípulo del Señor era tropiezo para los planes de Dios a través de Cristo. Si te atreves a llevar la cruz, tienes que poner la mira en las cosas de arriba y no en el mundo. En cuanto al significado de llevar la cruz, podemos ver la diferencia en distintas épocas históricas de la iglesia: Muchos creyentes de la iglesia primitiva murieron por su fe; más tarde, en la figura de grandes reformadores como Martín Lutero, Juan Calvino, Huldreich Zwinglio, John Knox y otros reformadores que tuvieron que luchar en la época medioeval contra una iglesia anquilosada en la fe y desfigurada por las tradiciones humanas. Pero hoy nos adentramos en una etapa en la cual el cristianismo vive un evangelio blando, tranquilo, un evangelio sin sustancia, donde se busca la comodidad y la exaltación del hombre más que otra cosa.

Atrévete a tomar la cruz porque es el único modo en que la iglesia de Jesucristo cumplirá su misión; de otra manera será piedra de tropiezo para el avance del evangelio. Negarse a sí mismo significa dejar que Cristo sea el centro de nuestra vida (Gálatas 2:20); cuando esto ocurra, no será una pena tomar la cruz sino motivo de gloria (Gálatas 6:14; Jeremías 9:24). Tomar la cruz no nos exime de dolores y males aquí en la tierra; sin embargo, la mayor satisfacción ocurre cuando servimos a nuestro Dios. No podemos olvidar que el mayor dolor del hombre es su pecado; pero tenemos el bálsamo santo que es la sangre de Jesucristo que nos limpia de todo pecado (1 Juan 1:9). En nuestro andar diario nuestros pecados se oponen a que llevemos la cruz; pero es necesario que cada día la llevemos (Lucas 9:23).


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