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Tuesday, July 24, 2012

¡El Sexto Mandamiento!

Por: Pastor Carlos A. Goyanes

“Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.” Mateo 5:21-23

La fe y religión cristiana tiene una lista interminable de interpretaciones diferentes al texto original de la Biblia, esto sin contar con la variedad de interpretaciones que los eruditos judíos le daban a los pasajes que hoy conocemos como el Antiguo Testamento. La ley y los Profetas mencionados en la Palabra de Dios, es lo que hoy conocemos como el Antiguo Testamento. Los eruditos judíos afirmaban tener la interpretación correcta de los Escritos Sagrados, pero estaban muy lejos de esa verdad.

Un hombre llamado Jesús desafió la autoridad de las enseñanzas judías, no porque la Palabra de Dios no fuera la fuente de autoridad, sino porque las interpretaciones de los que decían tener la verdad, estaban muy lejos de las enseñanzas que Dios le había dado originalmente a su pueblo. Ese hombre llamado Jesús habló con autoridad, porque vino del Padre a nosotros. Aquella enseñanza de la ley distorsionada por la mente pecaminosa del hombre vino a ser encauzada en los labios de su Hijo Jesucristo que vino a enderezar lo torcido (Isaías 45:2).

Los judíos oían lo que sus maestros les enseñaban, pero Jesús les dio el significado original de la ley. No hay ninguna contradicción entre lo que Dios dijo e el Antiguo Testamento y las enseñanzas de Jesús. El Señor estaba hablando del espíritu de la ley y no de las interpretaciones que le habían dado a lo largo de la historia los letrados judíos. La frase de Jesús “pero yo os digo” no cambió la enseñanza de Dios, pero sí la forma en que ellos la concebían en ese momento. Es necesario para cada cristiano saber lo que Dios actualmente ha dicho, y no confiar solamente en los comentarios de los hombres. A la palabra de Dios no se le puede añadir o quitar nada.

Jesús explica el Sexto Mandamiento de la Ley de Dios con el sentido e intención originales. No sólo es pecado el asesinato, sino primeramente las emociones que frecuentemente conducen a matar (Proverbios 6:16-19). La diferencia entre las enseñanzas de Jesús y las de los escribas y fariseos estribaba en que los escribas y fariseos enseñaban el castigo para un hecho cometido como el asesinato; pero Jesús trataba con las emociones que conducían a esos hechos. Nuestro Señor se adelantaba al acto que consumaba el pecado enseñando que también era pecado la ira, el desprecio, la carencia de amor, y que estos pecados que se originan en el corazón antes que los hechos conducen a sucesos lamentables.

“Necio” es la traducción del original “Raca” (alguien que tiene la cabeza vacía, inservible, sin valor, y por tanto puede ser excluido o eliminado. “Fatuo” es, sencillamente, un sinónimo (Mateo 5:22). Históricamente estas actitudes han traído consecuencias fatales para los seres humanos. Los movimientos de Supremacía racial, desprecios étnicos, el racismo, el odio, el trato de otras personas como inferiores, el pensamiento de que hay grupos subhumanos, genocidios, y otros pecados. Jesús exaltó a los que eran considerados débiles e inferiores por los judíos (Gálatas 3:28; Colosenses 3:10-14). Las distinciones la hemos hecho los seres humanos; ya sea por la nacionalidad, por la posición social o por la religiosidad; pero la Palabra de Dios dice que por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. (1 Corintios 12:13).

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