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Thursday, December 6, 2012

Dos Puertas y Dos Caminos


Por: Pastor Carlos A. Goyanes

Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.  ~Mateo 7:13-14

Casi terminando Jesús su Sermón del Monte, nos muestra dos puertas por las cuales podemos entrar. Estas dos puertas conducen a dos caminos. La primera es llamada la puerta estrecha, la puerta que indica la dificultad de ser los discípulos de Cristo. En una generación desobediente que no teme a Dios es muy difícil vivir en santidad, reverencia y disciplina del Señor.

En Lucas 13:23 dice la Palabra de Dios: “Esforzaos a entrar…” (esforzaos viene del griego agonizomai, que significa luchar y es la palabra que usamos en español como agonizar). Significa que es una lucha que nos deja exhaustos y abarca todos los ángulos de nuestra vida. Entrar por la puerta estrecha es entrar en una competencia entre la vida que debo vivir como creyente y la vida que el mundo ofrece (1 Corintios 9:25). Pablo aconseja que peleemos la buena batalla de la fe y así echemos mano de la vida eterna (1 Timoteo 6:12). A nadie le gustaría verse en medio de una guerra en la cual tiene que pelear; sin embargo estamos envuelto en una batalla, la batalla de la fe (Efesios 6:11, 12). Hay que pelear si queremos mantener incólumes nuestros principios y dar testimonio con nuestras vidas.

La puerta estrecha representa la vida cristiana llena de sacrificios y de luchas constantes por mantener la santidad y los principios bíblicos en nuestra vida (Lucas 9:23; 1 Corintios 9:27). La rebelión de nuestras almas hace muy difícil que sometamos nuestra voluntad a la voluntad del Señor, pero es necesario que lo hagamos. Entrar por la puerta estrecha significa escuchar la voz de Dios y rendirnos a su voluntad. Si queremos ser discípulos hemos de dejar las maletas de la mundanalidad, porque por esa puerta no pueden pasar nuestras actitudes pecaminosas y nuestros deseos carnales.

Si quieres seguir a Cristo debes saber que hay dos caminos: Uno amplio y espacioso, que lleva a la perdición y otro estrecho y angosto que no todos hallan, pero que lleva a la vida (Mateo 7:13-14). Jesucristo nos llamó a cambiar de actitud, a dejar de ser religiosos y ritualistas para convertirnos en seguidores, a santificar nuestras vidas y consagrar todo lo que somos a El. Hay una sola puerta y un solo camino que conduce a la vida eterna, este camino es Jesucristo (Juan 14:6).

 

 

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