Por: Pastor Carlos A. Goyanes
Andad en todo el camino
que Jehová vuestro Dios os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y tengáis
largos días en la tierra que habéis de poseer. ~Deuteronomio 5:33
Muchos son los caminos que el hombre se ha trazado para lograr sus metas
olvidando el camino que Dios le ha mandado a recorrer. La gente quiere pasar
por alto las exigencias del Creador para esta vida y para la venidera; y por
ende, los resultados de la desobediencia son desastrosos para la humanidad.
Vivimos en un mundo en tinieblas que anhela una luz de esperanza que no puede
ser encendida bajo ninguna circunstancia por la leña mojada de pecado, a no ser
que el fuego abrazador de Dios irrumpa en el plan de cada hombre que acepte a
Jesucristo como su Salvador y Señor. Solo así el Espíritu Santo hará arder
nuestras almas con su llama de eternidad. La orden de andar en el camino que Dios
nos ha mandado es:
1. Para que
vivamos.
No aporto nada nuevo diciendo que el hombre hace grandes esfuerzos para
vivir más. Es evidente que una de las metas que los seres humanos nos hemos
trazado es tratar de prologar nuestras vidas lo más posible y lo hemos logrado
hasta cierto punto. Ya se habla de extender el retiro hacia una edad más
avanzada, porque al menos, en los países desarrollados, la gente vive un poco
más que en los países pobres, pero no se trata de las migajas de unos años lo
que ofrece nuestro Dios, se trata de la eternidad, una vida sin fin. Mientras
nos conformamos con unos años más de vida, Dios nos ofrece el camino para la
eternidad (Juan 14:6).
2. Para que
nos vaya bien.
Viviendo aquí en la tierra como Dios nos ha mandado y recorriendo el
camino que Él nos ha preparado hará que
nos vaya bien (Deuteronomio 4:1, Salmo 37:27, 28). Sin añadir nada ni quitar
nada a lo que Dios nos ha mandado es necesario que guardemos la Palabra de Dios
(Deuteronomio 4:2) para que nos vaya bien. Al temer y hacer la voluntad de Dios
seremos más sabios e inteligentes que los del mundo y la gente verá en nosotros
la grandeza de Dios (Deuteronomio 4:6). No olvides que el pueblo por falta de
entendimiento perece y las naciones caen por falta de conocimiento (Oseas 4:6).
No hay nación que tenga un Dios tan cercano como la iglesia que confía en
Jehová, ni nación que tenga leyes tan justas como las dadas por nuestro Dios a
su pueblo (Deuteronomio 4:7-8). Sus estatutos hacen bien al hombre y declaran
justicia en la perversidad de nuestros pecados. De esta manera Dios vela por
nuestro bienestar bajo la lupa de su Palabra.
3. Para que
vivas largos días en la tierra que has de poseer.
Ojalá siempre estuviéramos dispuestos a obedecer ¡Cuánto daría Dios por
ello! Esperen…Dios nos dio lo más grande que tenía. ¡Dio su Hijo Jesucristo!
¿Qué estás tú dispuesto a dar? Largos días de bienestar te esperan bajo la
promesa de Dios. El no miente y no se equivoca jamás. Sus promesas son tan
fieles y duraderas que alcanzan la eternidad. Las palabras del Salmo 23:6 que
hablan de un gran bienestar y una larga habitación en la casa de Jehová pueden
ser reales en tu vida si dejas que Él sea tu Pastor. Lo que puedas poseer aquí
en la tierra es muy pequeño con lo que poseerás en aquellos largos días de
eternidad que Dios ha prometido para los que le aman. El hombre con sus teorías
científicas y filosóficas propone muchos caminos, los cuales parecen ser los
correctos (Proverbios 14:12; 16:25), pero solo hay un camino y ese es
Jesucristo.
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