Por: Pastor Carlos A. Goyanes
Nunca digas:
¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores que estos? Porque
nunca de esto preguntarás con sabiduría. ~Eclesiastés 7:10
1. Hoy es
mejor que ayer porque el ayer se fue, y el hoy, es todo lo que tienes.
El libro de Eclesiastés fue escrito por Salomón en
su vejez. Está cargado de consejos y sabiduría la cual Dios le dio. Un anciano
lleno de días reflexionando en el pasado, para hablarnos del presente, de
manera que, cuando leyéramos sus palabras comenzáramos a practicar sus
consejos. Este libro habla del presente, no del pasado. Todos sus conocimientos
y sabiduría están escritos allí para que nos vaya bien en la vida. Para eso
está la Palabra de Dios, no para que nos revolquemos en el pasado, sino para
que vivamos un presente dirigido por Dios y lleno de esperanza. Como creyentes
no podemos poner en duda los caminos que Dios va trazándonos en nuestro andar
diario, sino que debemos confiar en Él en cada una de nuestras circunstancias,
aun si son adversas para nosotros.
La paciencia es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22)
que debemos cultivar para preservar la paz interior mientras esperamos en Dios.
Nuestra desesperación mental y la depresión ocurren siempre primero a pesar de
que nuestros problemas suelen ser más pequeños de lo que originalmente
pensamos. Nuestro ser interior exagera las cosas y nuestra voluntad se quiebra;
pero nada hay tan grande que Dios no pueda solucionar; así que, no te apresures
a juzgar o a tratar de hacer el trabajo de Dios porque Él lo tiene todo en sus
manos; aunque tú no lo notes (Salmo 31:15a).
2. La vida pasa como ha pasado este año y lo que fue
ya no será.
Se fue el año 2013 con sus alegrías y tristezas; es
hora de trazar nuevas metas para este año 2014. No vivas del pasado, vive en el
presente y prepárate para el futuro. Hay personas que viven en las nubes de un
futuro que no llega, materialmente hablando, y por eso viven deprimidas y
cansadas de la vida. Los pies deben estar sobre la tierra donde hay alegrías,
pero también hay dolores enfermedades y tristezas. Benditos son los que viven
aferrados a la fe y la esperanza de Jesucristo.
Muchas personas viven con nostalgia por las cosas
que quedaron atrás como la juventud, lo que antes tenían y ya no tienen, lo que
fue y ya no es. No pierdas tu tiempo en cosas que te distraen de mantener tu
relación con Dios. Mirar atrás fue de condenación para la esposa de Lot (Génesis
19:26). No fue simplemente mirar atrás lo que destruyó su vida, sino su corazón
que estaba puesto en lo que se quedaba atrás más que en Dios. Ella estaba
embriagada con los deseos y las riquezas del mundo y fracasó. Aunque la gente
de hoy vive mirando hacia atrás, nosotros los cristianos tenemos que mirar
hacia delante, porque el que corre esta carrera de Dios mirando hacia atrás
pierde el rumbo. Tenemos que tener los ojos puestos en la meta (Hebreos 12:2)
para llegar a salvo (Lucas 9:62). Los que confían en Dios avanzan hacia la
eternidad.
“Acuérdense de la mujer de Lot” fue la exhortación
del Señor (Lucas 17:32) para que no miremos atrás. La Palabra de Dios nos
exhorta a laborar en beneficio de nuestras vidas y en las de otros; pero es
importante que no olvidemos a Dios, porque el que teme a Dios “saldrá bien en
todo” (Eclesiastés 7:18). Aquel que ha puesto en Dios su confianza y obedece
los preceptos de la Palabra de Dios en “todo lo que hace prosperará” (Salmo
1:3).
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