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Friday, November 14, 2014
Por: Pastor Carlos A. Goyanes
Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. ~Mateo 20:26–28
Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. ~Mateo 20:26–28
El servicio es un don inestimable de Dios porque sustenta todas las obras de la iglesia. Este servicio no es para que nadie se haga grande, sino para procurar el avance de la obra de Dios en la tierra que debe ser la prioridad de la iglesia. Cuando se trata de recibir privilegios, muchos creyentes están dispuestos a ser candidatos; pero si se trata de servicio no hay muchos aspirantes. Si comprendiera cada creyente que en el servicio está la grandeza del hijo de Dios (Mateo 20:26) el Reino se extendería con mayor rapidez. El Señor Jesús se destacó más por su servicio que por sus milagros y Él mismo lo expresó al decir: “…como el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28). El cristiano más digno es el que sirve a su Señor en el servicio a otros poniéndose en la escala más alta con la que Dios mide nuestra fe. Cuando servimos obedecemos a Dios, no así los gobernantes de este mundo que creen ser grandes por sus cargos y autoridad sobre otros (Mateo 20:25). Rotundamente nuestro Señor Jesucristo nos aclaró que no puede ser así entre nosotros, sino que, “…el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será el servidor de todos” (Marcos 10:43).
Quien desprecia el servicio está despreciando el ministerio de Cristo. En estos días en que vivimos estamos careciendo de siervos porque muchos cristianos están ocupados solamente en sus propios intereses. Ser como Cristo no se logra con palabras solamente, sino con un espíritu de servicio que es la mayor señal de grandeza espiritual. Este es el sentir de Cristo y el deseo de Dios para nuestras vidas (Filipenses 2:5–8). Si queremos ser benefactores de los necesitados tenemos que ofrecernos con un espíritu de servicio humilde que es el mayor sacrificio, este es el sacrificio vivo que menciona el apóstol Pablo en Romanos 12:1. Bendice a Dios de esta manera y no olvides sus beneficios (Salmo 103:2). El mayor ejemplo lo encontramos en nuestro Señor que no usó su posición elevada, sino que nos dio de su gracia por amor (2 Corintios 8:9). Si el siendo el Señor vino a servir, nosotros debemos imitar su ejemplo (Juan 13:13-15).
No dejes que el mundo te avergüence con sus conceptos equivocados acerca del servicio. Para lo que no son hijos de Dios, servir es lo más bajo de sus escala de valores porque ellos viven en arrogancia y alardean de su poder; pero su vanidad los consume como el fuego a la brizna de la hierba. Ellos creen que tienen que ser servidos y que no tienen que servir a nadie; piensan que servir a otros es rebajarse y perder su dignidad. Su errónea filosofía los aleja de Dios porque no entienden que el servicio dignifica, aunque a los ojos de los demás parezca que el que sirve sea menor al que es servido. Dios te está llamando a su servicio y no hay escusas suficientes para que rechaces su llamado. Si Él te llama es porque te va a capacitar y te va a dar las herramientas necesarias para la tarea que te ha encomendado. Dios sabe que no eres perfecto y aun así te está llamando. Queda de tu parte estar dispuesto a obedecer, a estar disponible para el momento que hagas falta (2 Timoteo 2:21). Servir en la obra de Dios es un privilegio y una oportunidad de demostrar tu fidelidad al Señor. Hazlo mientras te queden fuerzas (Eclesiastés 12:1).
Quien desprecia el servicio está despreciando el ministerio de Cristo. En estos días en que vivimos estamos careciendo de siervos porque muchos cristianos están ocupados solamente en sus propios intereses. Ser como Cristo no se logra con palabras solamente, sino con un espíritu de servicio que es la mayor señal de grandeza espiritual. Este es el sentir de Cristo y el deseo de Dios para nuestras vidas (Filipenses 2:5–8). Si queremos ser benefactores de los necesitados tenemos que ofrecernos con un espíritu de servicio humilde que es el mayor sacrificio, este es el sacrificio vivo que menciona el apóstol Pablo en Romanos 12:1. Bendice a Dios de esta manera y no olvides sus beneficios (Salmo 103:2). El mayor ejemplo lo encontramos en nuestro Señor que no usó su posición elevada, sino que nos dio de su gracia por amor (2 Corintios 8:9). Si el siendo el Señor vino a servir, nosotros debemos imitar su ejemplo (Juan 13:13-15).
No dejes que el mundo te avergüence con sus conceptos equivocados acerca del servicio. Para lo que no son hijos de Dios, servir es lo más bajo de sus escala de valores porque ellos viven en arrogancia y alardean de su poder; pero su vanidad los consume como el fuego a la brizna de la hierba. Ellos creen que tienen que ser servidos y que no tienen que servir a nadie; piensan que servir a otros es rebajarse y perder su dignidad. Su errónea filosofía los aleja de Dios porque no entienden que el servicio dignifica, aunque a los ojos de los demás parezca que el que sirve sea menor al que es servido. Dios te está llamando a su servicio y no hay escusas suficientes para que rechaces su llamado. Si Él te llama es porque te va a capacitar y te va a dar las herramientas necesarias para la tarea que te ha encomendado. Dios sabe que no eres perfecto y aun así te está llamando. Queda de tu parte estar dispuesto a obedecer, a estar disponible para el momento que hagas falta (2 Timoteo 2:21). Servir en la obra de Dios es un privilegio y una oportunidad de demostrar tu fidelidad al Señor. Hazlo mientras te queden fuerzas (Eclesiastés 12:1).
Los Últimos Serán los Primeros y los Primeros Últimos
Por: Pastor Carlos A. Goyanes
Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. Mateo 20:16
Dios ha clasificado a los seres humanos en dos tipos: los llamados y los escogidos. Los llamados son todos, la humanidad completa; pero los escogidos son los que obedecen hasta el fin a su Salvador. Los que se niegan a hacer la voluntad de Dios son los que asumen ser discípulos; pero le rechazan a causa de sus actos. No todo el que le diga Señor irá al cielo (Mateo 7:21). Muchos creen en Dios; pero su fe, sus conceptos y sus motivaciones deben ser revisados profundamente por ellos porque aunque sus caminos le parecen a ellos derechos su fin es de muerte (Proverbios 16:25). Hay tantas organizaciones religiosas, grupos y personas en particular que creen ser seguidores de Cristo y escogidos de Dios, y que aseveran haber hecho muchas obras en Su nombre; pero el Señor les dirá: Nunca os conocí… (Mateo 7:22, 23). Vivimos en tiempos de confusión religiosa donde muchos afirman ser los primeros; pero ellos serán los postreros (Mateo 20:16). No debe asombrarnos que millones de personas desconfíen de cualquier clase de religión llamada cristiana, porque la imagen de muchos de los “cristianos” de hoy es de un seudo-cristianismo que amenaza con derrumbar la fe de muchos débiles en el Señor.
En el nombre de Jesucristo se han erigido en nuestros días muchas creencias diferentes que ilegítimamente se llaman “cristianas”. Usan el nombre del Señor para solapar filosofías y doctrinas religiosas que nunca fueron enseñadas por el Jesús ni por sus apóstoles (Mateo 7:22, 23). La maldad pone en la clandestinidad todas las buenas obras y declara proscritos a todos aquellos que sí quieren obedecer a Dios. Es entonces que en esta enredadera de religiones a muchos les es difícil encontrar la verdad. La gente antes de ver a Cristo primero ve lo más inmediato de Dios, los creyentes. Sus ojos que aún no pueden ver lo espiritual canalizan a Dios a través de nosotros esperando ver algo de Él; pero muchas veces lo que ven es una imagen tan dañada que no desean mirar en ella. ¿Podrán ellos encontrar la verdad? La Palabra de Dios asegura que sí. Todavía hay millones de personas que no han doblado sus rodilla ante el dios de este siglo y estos son los valientes soldados con los que cuenta el Señor para portar con decoro la Espada del Espíritu que es la Palabra de Dios (Efesios 6:17).
Dios dará de su gracia a aquellos que le buscan sinceramente y hallándole desean ser parte de los obreros de su viña. Son todos aquellos que cansados del ocio espiritual del pecado pueden ver la luz, la luz de Cristo. Esos son los escogidos, los que entran por la estrecha puerta de la obediencia (Mateo 7:14), porque han encontrado el camino que los lleva a la vida. La acción salvadora de Dios asegura la misma recompensa para los que llegaron antes y para los que han llegado después a conocer a Dios a través de Jesucristo (Mateo 20:1-15). Dios nos ofrece la oportunidad de servirlo, pero la decisiónde hacerlo está en nosotros. Esta decisión no es simple ni algo temporal; así que, debemos mantenernos firmes y perseverar hasta el fin (Mateo 24:13).
En el nombre de Jesucristo se han erigido en nuestros días muchas creencias diferentes que ilegítimamente se llaman “cristianas”. Usan el nombre del Señor para solapar filosofías y doctrinas religiosas que nunca fueron enseñadas por el Jesús ni por sus apóstoles (Mateo 7:22, 23). La maldad pone en la clandestinidad todas las buenas obras y declara proscritos a todos aquellos que sí quieren obedecer a Dios. Es entonces que en esta enredadera de religiones a muchos les es difícil encontrar la verdad. La gente antes de ver a Cristo primero ve lo más inmediato de Dios, los creyentes. Sus ojos que aún no pueden ver lo espiritual canalizan a Dios a través de nosotros esperando ver algo de Él; pero muchas veces lo que ven es una imagen tan dañada que no desean mirar en ella. ¿Podrán ellos encontrar la verdad? La Palabra de Dios asegura que sí. Todavía hay millones de personas que no han doblado sus rodilla ante el dios de este siglo y estos son los valientes soldados con los que cuenta el Señor para portar con decoro la Espada del Espíritu que es la Palabra de Dios (Efesios 6:17).
Dios dará de su gracia a aquellos que le buscan sinceramente y hallándole desean ser parte de los obreros de su viña. Son todos aquellos que cansados del ocio espiritual del pecado pueden ver la luz, la luz de Cristo. Esos son los escogidos, los que entran por la estrecha puerta de la obediencia (Mateo 7:14), porque han encontrado el camino que los lleva a la vida. La acción salvadora de Dios asegura la misma recompensa para los que llegaron antes y para los que han llegado después a conocer a Dios a través de Jesucristo (Mateo 20:1-15). Dios nos ofrece la oportunidad de servirlo, pero la decisiónde hacerlo está en nosotros. Esta decisión no es simple ni algo temporal; así que, debemos mantenernos firmes y perseverar hasta el fin (Mateo 24:13).
Iglesia Fiel Versus Apostasía
Por: Pastor Carlos A. Goyanes
Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. ~Apocalipsis 3:10
La ciudad de Filadelfia era la más joven entre las ciudades del Asia menor. Destruida por terremotos en varias y muchas veces reconstruida, esta ciudad fue destrozada por un cataclismo en el año 17 D.C. y fue reconstruida por el emperador Tiberio, el cual le dio el nombre de Neocesarea. En esta ciudad había una iglesia cuya principal cualidad era su paciencia frente a las dificultades y frente a la persecución romana. La comunidad cristiana de Filadelfia había sufrido mucho y estaba exhausta por las persecuciones. El Señor Jesús dirige su atención hacia ella y le infunde nuevas fuerzas y valor para continuar en la perseverancia del evangelio (Apocalipsis 3:8). El mundo de la época trataba de ahogar la iglesia de Filadelfia que aunque pequeña había guardado la palabra y no había negado al Señor.
Hoy también se levantan con fuerza los que apostatan de la fe para negar la eficacia de Cristo a través de sus acciones y enseñanzas. Es alarmante la dimensión que está alcanzando la apostasía en estos tiempos, y la Iglesia de Jesucristo está siendo víctima del engaño maligno de Satanás. Se está adormeciendo y no se da cuenta de la situación en la que está el mundo de hoy. Con la algarabía de líderes religiosos que prometen conquistar el mundo, basados de un avivamiento falso, no distinguen las maquinaciones del diablo para corromper a la iglesia.
Un sincretismo religioso se está gestando en un contubernio de la verdad bíblica con prácticas de falsas doctrinas y religiones paganas. La iglesia que agrada a todos y no ofende a nadie es la nueva moda aunque cueste echar a un lado las enseñanzas fundamentales de la Biblia. El mercantilismo religioso con un evangelio falso donde se promete éxito en la vida y prosperidad, que aumenta el ego y la fortuna de algunos, es otro de los peligros actuales. Un evangelio moderno carente de disciplina espiritual y bíblica está llenando las iglesias de hoy con la falsa creencia de que Dios es amor y no importa lo que yo haga. ¿A qué Dios adoran ellos? Porque el Dios de la Biblia es celoso y fuego consumidor. Será una iglesia sin persecuciones porque se parece tanto al mundo que parecen gemelos.
No cabe duda de que la iglesia fiel está frente a la apostasía, de manera que, la Iglesia de Cristo tiene que seguir predicando sin tregua y combatiendo con coraje el mal porque no tenemos lucha contra sangre y carne (Efesios 6:12; Judas 3). La iglesia de hoy tiene que asumir su papel dependiendo de Dios y asida de la verdad bíblica para vivir separada del pecado y ser consecuente con lo que predica (Filipenses 1:27).
Hoy también se levantan con fuerza los que apostatan de la fe para negar la eficacia de Cristo a través de sus acciones y enseñanzas. Es alarmante la dimensión que está alcanzando la apostasía en estos tiempos, y la Iglesia de Jesucristo está siendo víctima del engaño maligno de Satanás. Se está adormeciendo y no se da cuenta de la situación en la que está el mundo de hoy. Con la algarabía de líderes religiosos que prometen conquistar el mundo, basados de un avivamiento falso, no distinguen las maquinaciones del diablo para corromper a la iglesia.
Un sincretismo religioso se está gestando en un contubernio de la verdad bíblica con prácticas de falsas doctrinas y religiones paganas. La iglesia que agrada a todos y no ofende a nadie es la nueva moda aunque cueste echar a un lado las enseñanzas fundamentales de la Biblia. El mercantilismo religioso con un evangelio falso donde se promete éxito en la vida y prosperidad, que aumenta el ego y la fortuna de algunos, es otro de los peligros actuales. Un evangelio moderno carente de disciplina espiritual y bíblica está llenando las iglesias de hoy con la falsa creencia de que Dios es amor y no importa lo que yo haga. ¿A qué Dios adoran ellos? Porque el Dios de la Biblia es celoso y fuego consumidor. Será una iglesia sin persecuciones porque se parece tanto al mundo que parecen gemelos.
No cabe duda de que la iglesia fiel está frente a la apostasía, de manera que, la Iglesia de Cristo tiene que seguir predicando sin tregua y combatiendo con coraje el mal porque no tenemos lucha contra sangre y carne (Efesios 6:12; Judas 3). La iglesia de hoy tiene que asumir su papel dependiendo de Dios y asida de la verdad bíblica para vivir separada del pecado y ser consecuente con lo que predica (Filipenses 1:27).