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Tuesday, January 17, 2012

Simiente vs Simiente

Por: Pastor Carlos A. Goyanes

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Génesis 3:15

La palabra simiente (semilla) en este pasaje se refiere a el hijo de alguien que salió de su propia naturaleza, con sus características espirituales, y físicas. La semilla es la vida en potencia que germi-na en condiciones favorables para ella. La Semilla de la mujer, el Hijo de Dios que nacería, lucharía contra la Serpiente y sus hijos, los hijos de Satanás, los cuales son levantados en el momento propicio para hacer daño a los hijos de Dios, pero la Simiente de la Mujer, Jesús, vino para derrotar a Satanás y su simiente.

Desde la antigüedad, Satanás trató de destruir todo lo que le pertenece a Dios. Engañó a muchos ángeles, que ahora están al servicio de él (los demonios); engañó al hombre, e hizo que se convirtiera en un ser pecador; actualmente engaña a la humanidad a través de sus mentiras disfrazadas de verdad.

Aquí en la tierra los hijos de Dios son vulnerables a los ataques de Satanás y su ejército; son lastimados con diferentes clases de malestares. Pero El Hijo de Dios que fue herido en la cruz por tomar nuestro lugar, tiene un futuro para nuestro acusador e instigador, el cual es el lago de fuego.

Quizás el diablo hiera nuestro ser con tristeza, dolores, separaciones, lágrimas, malestares, enfermedades y sufrimientos terrenales por causa del pecado al que estamos sujetos; pero Jesús, el Hijo de Dios vino para vencerlo y Él lo herirá en la cabeza, esto significa que destruirá lo que hace la cabeza, que es: pensar, maquinar, confabular, dirigir (2 Corintios 2:11). La mente de Satanás y sus secuaces será vetada. También herir en la cabeza significa muerte.

Satanás sabía del plan de Dios y trató de impedirlo. Trató de matar a David (para que su hijo no naciera, ya que el Mesías sería hijo de David) y para eso usó a Saúl; trató de matar a Jesús y para eso usó al rey Herodes (Mateo 2:16). Como no puede destruir a Dios, ha tratado de destruir lo que es de Dios a través de los siglos. Su plan es la maldad (Ezequiel 28:14-18).

En el pasado se llamaba Lucifer (ángel de luz o portador de la luz) ahora su nombre es Satanás, que significa falsificador o padre de mentira. También recibe el nombre de Diablo de la palabra griega diábolos que significa adversario o enemigo y que incluye el sentido de acusador o
calumniador. Su interés no es solo acusar, sino engañar y para ello se pone diferentes vestiduras. Se viste de oveja, pero es un lobo (Mateo 7:15); se viste de ángel de luz (2 Corintios 11:14), pero es un hijo de las tinieblas; se viste de la falsa ciencia, pero solo es una teoría más; se viste de promesas falsas acerca de la vida, pero no son la verdad. En el teatro de este siglo, Satanás tiene muchos vestuarios y caracterizaciones. No nos dejemos engañar, solo es el arte satánico en su
teatral obra de la muerte (1 Pedro 5:8; Juan 10:10).

Hay una batalla que aún está en progreso sobre la tierra. Esto es sobre lo que se trata la guerra espiritual (Efesios 6:10–11). Satanás está todavía buscando el poder, posición, adoración. Pero él es ya un enemigo derrotado (Romanos 16:20). Jesús venció el poder de Satanás mediante Su muerte y resurrección. El destino final de Satanás ya está revelado en la Biblia (Mateo 25:41).

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