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Monday, October 15, 2012

Uno en Cristo

Por: Pastor Carlos A. Goyanes

…solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz… ~Efesios 4:3

La unidad es una virtud necesaria en la iglesia. Todos los esfuerzos humanos por mantener la unidad fracasan porque están fundamentados en la utopía de un mundo lleno de paz sin Dios. La Palabra de Dios es clara al afirmar que debemos guardar la unidad que es producida por el Espíritu Santo que hay en nosotros para que tengamos paz.

La unidad fue hecha por el Espíritu. No es un esfuerzo nuestro la unidad, sino un don del Espíritu el cual cada creyente debe “guardar”. Cuando fuimos añadidos a la iglesia de Cristo comenzamos a compartir esa unidad del Espíritu. La Palabra de Dios dice que debemos “guardar la unidad del Espíritu” porque es el Espíritu de Dios el que mantiene unida a la iglesia. Depende de nuestra relación con Dios el que seamos uno en el Señor y no de nuestra capacidad para hacer lo “políticamente correcto”. Puede que funcione por un tiempo, pero al final la unidad se deshará porque el motor de esa unidad no es el Espíritu.

Jesús oró por sus discípulos y por los que habían de creer para que fueran uno (Juan 17:20, 21) y no solo esto, sino para que fueran perfectos en unidad (Juan 17:23). El propósito de estar unidos es para que el mundo conozca que Dios envió a Jesucristo. Si nos amamos unos a otros, entonces estaremos unidos y si estamos unidos estamos dándole al mundo el mensaje del Señor. Una iglesia unida es una iglesia en la cual la paz de Dios reina en los corazones porque Dios está en control de nuestras vidas. Así que debemos estar solícitos en guardar la unidad que depende de una buena relación con Dios para que tengamos paz — no la del mundo, sino la de Dios (Juan 14:27).

Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. ~Filipenses 2:1–2

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