Wednesday, April 10, 2013

El Regreso del Rey


Por: Pastor Carlos A. Goyanes

He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.  ~Apocalipsis 1:7

Hay una iglesia con una puerta pequeña en Belén — es tan pequeña que hay que encorvarse para entrar a ella. Cuando entras es una iglesia grande. Debajo de ella hay una cueva a la que se puede llegar desde adentro del templo por una escalera. A esta iglesia se le llama la iglesia de la Natividad, porque se cree que en la cueva que está debajo de ella nació Jesús. ¡Todavía recordamos el día en que Jesús vino al mundo! No se puede esconder esta realidad. Tanto luchó Satanás usó al rey Herodes para impedir que Jesús viviera, así que este hizo que los niños de toda Jerusalén y sus alrededores fueran asesinados en un intento por callar el mensaje de Dios al mundo (Mateo 2:16).

Nadie nunca ha podido hacer callar a Dios. Ahora nos habló a través de su Hijo que vino a padecer por nosotros. Fue probado muchas veces, pero todas las veces venció. Fue llevado al desierto para ser tentado e incitado a convertir las piedras en pan después de 40 días sin ingerir alimentos. Satanás lo tentó porque él sabía que Jesús podía hacerlo, pero no lo hizo. Fue tentado en todo (Hebreos 4:15), aun a renunciar a la cruz (Mateo 27:39–44), pero no lo hizo. En la cruz pudo pedir la asistencia de los ángeles y renunciar al castigo de nuestra paz, pero no lo hizo.

Murió después de pedir perdón para nosotros (Isaías 53:12; Lucas 23:34) y al decir consumado es (Juan 19:30), estaba diciendo que todo lo que le había sido demandado por Dios en cuanto a nuestra salvación lo había cumplido. La celebración de los que lo querían ver muerto duró poco porque al tercer día resucitó poniendo el último clavo en el ataúd de Satanás. El venció para darnos la victoria. Como Rey triunfante volverá por su pueblo y nadie podrá impedirlo. Rompió lo grilletes de la muerte y las cadenas del pecado que nos ataban fueron despedazadas por Él. Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Romanos 8:31).

Él prometió regresar y lo hará. Si ha cumplido en su vida y en su muerte gran parte de sus promesas sin faltar a una, ¿cómo no cumplirá también las que faltan? Si Dios nos dio a su Hijo, ¿cómo nos dará también con Él todas las cosas? (Romanos 8:32). La palabra de Dios es clara, Él  vendrá de la misma manera que fue al cielo (Hechos 1:11). Todos van a ver este evento (Apocalipsis 1:7), pero no todos se irán con Él . Si quieres ser parte de los que se van con el Señor tienes que entregarte a Él y estar preparado para ese día. No sabemos ni el día ni la hora (Mateo 24:36, 37), pero prometió regresar y lo hará (Apocalipsis 22:7, 12, 13,16). La primera vez vino a enseñarnos el camino a través de la verdad para darnos vida (Juan 14:6); pero la segunda vez que venga arrebatará a su pueblo para que viva eternamente con Él  en el lugar que nos tiene preparado (Juan 14:2). El Señor dijo: Ciertamente vengo en breve y la iglesia responde: Sí, ven, Señor Jesús (Apocalipsis 22:20).

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