Por: Pastor Carlos A. Goyanes
Pues para que sepáis
que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice
entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. ~Mateo 9:6
No
todas las personas están dispuestas a reconocer la autoridad de Jesús; pero a
pesar de la oposición el Señor muestra su autoridad de muchas maneras. En el
pasaje de Mateo 9:1–8, Jesús llegó a Capernaum. Su fama era tal que el lugar
donde Él estaba se llenó de gente de modo que no cabían en aquel lugar. En otro
pasaje paralelo La Escritura nos dice que había gente allí de todas las aldeas
de Galilea, Judea y Jerusalén; también estaban presentes personas importantes
de los líderes de los judíos, tales como los fariseos y los doctores de la ley.
Su audiencia estaba bien representada (Lucas 5:17).
Jesús
tomó algunas acciones que algunos alabaron y otro criticaron:
1.
El Hijo del hombre tiene autoridad para perdonar (…dijo al paralítico…tus pecados te son perdonados. Mateo 9:2).
Nuestra
fe y doctrina cristiana tienen como antesala las enseñanzas del Antiguo
Testamento. De hecho sin Antiguo Testamento no hay nuevo Testamento. La
enseñanza vetero-testamentaria arroja que solo Dios puede perdonar pecados. Eso
lo tenían muy claro los judíos, por eso acusaron de blasfemia a Jesús cuando le
otorgó el perdón de los peca-dos al paralítico (Mateo 9:2). Lo que ellos no
aceptaron, ni entendieron nunca por causa de sus mentes legalistas y
pecaminosas, era que Jesús no solo era hombre, sino que era Dios también. Al
Jesús anunciar que Él era el Hijo del hombre estaba diciendo algo que los
judíos conocían muy bien (Daniel 7:13–14). La expresión en hebreo ben-‘adam y en ara-meo bar-‘anash representa a un hombre, hijo
de la humanidad (Hijo de hombre), simplemente hijo de Adán, un ser humano.
Ellos sabían que uno de los títulos del Mesías era el “Hijo del hombre.” Para
ellos Jesús no era el Hijo del hombre y por lo tanto no podía perdonar pecados,
porque no era Dios. Se habrán preguntado: ¿Cómo es que un simple carpintero de
Nazaret podía perdonar pecados si nosotros los fariseos, los doctores de la ley
y nuestros sacerdotes no nos atrevemos a hacerlo porque sabemos que solo Dios
puede perdonar los pecados (Marcos 2:5–7)? Los cristianos sabemos con certeza
que Jesús es perfectamente hombre y perfectamente Dios. En su naturaleza divina
podía perdonar pecados y en su naturaleza humana sufrió como hombre para salvarnos.
2.
El Hijo del hombre tiene autoridad para sanar (le dijo al paralítico: Levántate toma tu cama y vete a tu casa.
Mateo 9:6).
Demostró que si tenía poder para perdonar pecados, también lo tenía para
levantar al paralítico. La parte más difícil de la fe es demostrarla. Decir que
creemos es fácil, pero la fe lleva consigo una vida de obediencia voluntaria
que demuestra que somos hijos de Dios. La fe nos mueve a obedecer. De la misma
manera, Jesús demostró su autoridad no con palabras, que a los oídos incrédulos
de los religiosos de la época sonaban a blasfemia, sino con poder al obrar
aquel milagro. Después de todo, cualquiera podría pronunciar palabras como tus pecados te son perdonados; pero Él,
para demostrar su autoridad, le dijo al paralítico levántate, toma tu cama y vete a tu casa
(Mateo9:6). Solo Dios puede dar absolución a nuestros pecados; ningún hombre
por muy santo o consagrado que parezca puede hacerlo. Aquellos cuatro hombres
trajeron al paralítico y al ver la multitud, sabiendo que no podían llegar a
Jesús, lo subieron en el techo, abrieron un hueco y lo bajaron delante del
Señor. Ellos creían que Jesús podía sanarlo, tanto el paralítico como los que
lo acarreaban (Mateo 9:2). Dios siempre responde con autoridad a nuestra fe
para darnos la victoria (1 Juan 5:4). Es muy triste ver a tantas personas que
de una manera u otra han experimentado algún milagro en sus propias vidas y no
creen en el Dios de los milagros. Su fe es temporal porque toda su vida han
trabajado para las cosas terrenales, en cambio Dios se da a conocer a través de
su Hijo para que nos ocupemos en las cosas eternas.
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