Por: Pastor Carlos A. Goyanes
Jesús, oyendo esto, le
dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. ~Lucas 18:22.
Algunas personas están tan acostumbradas a su forma de religión que creen
que lo tienen todo. Un hombre aristócrata, rico, y joven vino a Jesús para
hacerle una pregunta: “Maestro bueno ¿qué haré para heredar la vida eterna?”
Jesús indagó acerca de su vida espiritual y le habló acerca de los mandamientos
preguntándole si los había cumplido, a lo que el joven rico respondió
orgulloso: “Todos lo he cumplido desde mi juventud.” Parecía que todo estaba
bien hasta que el Señor le respondió: “Una cosa te falta”.
Nos sorprende ver a algunas personas que parecen felices, aparentemente
lo tienen todo; pero terminan sus vidas abruptamente con el suicido, caen en la
depresión, o buscan formas alternativas en las cosas materiales para aliviar su
necesidad. Era evidente que este joven rico tenía una necesidad no resuelta. Su
dinero no era suficiente para saciarlo y solo le quedaba autosatisfacer su
conciencia con la apariencia de perfección. Lo más difícil es “solo una cosa” y
es amar a Dios sobre todas las cosas. Los seres humanos confían en lo que
tienen más que en Dios, porque nuestra tendencia es a valorar lo que vemos con
nuestros ojos. Queremos evidencias de todo. Así que, al que tiene lo material
le es muy fácil pensar que ya lo ha alcanzado todo. Vivimos en un país donde lo
tenemos todo. Al menos tenemos más de lo que tienen muchas personas en la
tierra. Quizás pensemos que no nos falta nada; pero sabemos que muchas personas
en este país sufren de depresión crónica. No es el país, o lo material que se
nos ofrece como alternativa para ser felices, son las personas que confían en
cosas inanimadas como el dinero y las cosas materiales, y se ha alejado de
Dios. Lo tienen todo, pero “una cosa les falta”, necesitan una relación
profunda con Dios.
Es probable que hayas logrado muchas cosas en esta vida y pudiera ser que las metas que te has trazado
ya las hayas alcanzado. Eso está bien para esta vida. El esfuerzo es honrado
con creces; pero ¿qué has hecho para la otra vida, la eterna? ¿Has luchado con
todas tus fuerzas para amar a Dios? ¡Qué triste es que teniendo tantas cosas,
te falte la más importante! Porque si te falta una buena relación con Dios, te
falta todo. El joven rico aludió en su pregunta a lo eterno, a lo que Jesús en
otras palabras le respondió que todo lo que había hecho no era suficiente
todavía. Dios tiene que estar sobre todas las cosas en nuestra vida. Si algo
resulta ser más importante que Dios entonces te falta una cosa.
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