Tuesday, November 12, 2013

Una Invitación Para Todos

Por: Pastor Carlos A. Goyanes

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados,  y yo os haré descansar.  ~Mateo 11:25-30
Desde el pecado de Adán la humanidad ha tenido momentos felices, pero también pruebas muy duras. La carga que nos hemos impuesto nos está agotando de tal manera que a veces a algunos se nos hace imposible avanzar. Además de las cargas que todos los seres humanos tenemos, nosotros los cristianos tenemos que llevar la cruz, en otras palabras, tenemos que obedecer a Dios haciendo lo que le agrada a Él y dejando de hacer lo que no le agrada. Ser cristiano es una gran responsabilidad para nosotros, para con los que nos rodean y para con nuestros hermanos en la fe.
1. Es hora de venir.
¡Si tan solo mirasen a la cruz de Cristo y diesen el paso de colocar sus cargas en las manos del Salvador! Pero nuestra dura cerviz insiste en arrastrar las cargas que no podemos llevar. El mundo vive en el constante afán de buscar la felicidad a través de lo material y esto requiere un esfuerzo arduo que no deja tiempo para nada más. Los afanes innecesarios de la vida quitan el tiempo a las personas y le roban la paz.
Del mismo modo, los afanes de la vida disminuyen en gran manera la calidad de vida que Cristo nos ofrece en su promesa de llevar nuestras cargas (Lucas 21:34). Esa vida apacible y llena de gozo que debíamos vivir, queda anquilosada o aletargada en nuestra frustración personal al no obtener los resultados deseados (Lucas 8:14). Es hora de venir a depositar nuestras cargas en Cristo.
2. Es hora de descansar.
En su promesa de “yo os haré descansar” nuestro Señor Jesucristo nos está alentando a vaciar nuestros costales de las cosas terrenales y llenarlos de su Espíritu. Jesús se refería a lo espiritual. Muchas veces a la hora de dormir no hay descanso y a la hora de reposar no hay paz; esto es porque muchos creyentes creen en Dios, pero siguen confiando en el mundo (Gálatas 5:24). El mundo trae aflicción por eso hay que confiar en el que ha vencido al mundo (Juan 16:33).
La palabra descansar viene del griego anapaúso (anapausw) que significa “hacer descansar del trabajo, reanimar, revivir”. Quienes se acercan a Cristo no dejan de trabajar, la diferencia está en que ahora su trabajo está lleno de resultados espirituales y esperanza de eternidad, ya no trabajan por lo que perece, sino por lo que permanece (Juan 6:27).

La salvación no puede ser ganada por el hecho de llevar y soportar cargas pesadas, como creen algunos en este siglo, ignorando lo que enseña la Palabra de Dios. Al venir a Cristo, Él nos impondrá su yugo fácil y su carga ligera (Mateo 11: 30), entonces hallaremos el descanso verdadero — aquel descanso que vitaliza, reanima y revive el alma del hombre.

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