Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está
cercano. Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y
vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el
cual será amplio en perdonar. ~Isaías 55:6
Se buscan tantas cosas en
esta vida que a veces olvidamos lo que más relevancia tiene. La mirada de la
humanidad está puesta en el futuro, pero no en el eterno, sino en el futuro
terrenal, en lo que esta vida ofrece. Sin embargo, cuando se trata de buscar a
Dios pareciera que no hay beneficios a corto plazo, y por lo tanto, no se
ocupan de ello. Es como el que trabaja arduamente para tener todo lo que desea
y se olvida acumular para su retiro. Al terminar su vida laboral encontrará que
no tiene nada. Hay que buscar a Dios porque cuando termine nuestra vida
terrenal no habremos acumulado nada para el retiro celestial.
La Palabra de Dios dice que Dios no es Dios de muertos, sino Dios de
vivos (Lucas 20:38). Significa que es en esta vida donde debemos de buscar
a Dios. Quizás le hayas dedicado tiempo a la caridad y las obras sociales que
son muy buenas y provechosas para los necesitados, pero si no has buscado a
Dios con fe (Deuteronomio 4:29), no has cultivado tu relación con Dios. Serás
como dijo el apóstol Pablo, heraldo para
otros (1 Corintios 9:27). La palabra de Dios dice que sin fe es imposible
agradar a Dios (Hebreos 11:6). De esa fe genuina se concibe sin esfuerzo alguno
la alabanza, la oración y la obediencia como los frutos de una planta arraigada
junto a la corriente de un río que recibe todo lo que necesita de esa fuente de
agua.
Dios ha hecho un llamado a la
humanidad a dejar la impiedad (Isaías 55:7). El pecado rompió la relación de
los seres humanos con Dios y cada vez más se cierne su sombra sobre la
humanidad quitándole su dignidad. Volvámonos de nuestros pecados a Dios, porque
Él nos ama y ha suministrado a través del sacrificio de Cristo nuestra
salvación con un perdón que abarca no solo a todos los hombre de la tierra,
sino a todos sus pecados también. Todo el que crea en El será salvo (Juan
3:16). Es posible buscar a Dios porque Él se dejará encontrar. El secreto de
hallarlo está en tu corazón (Jeremías 29:13). Hoy, aquí, en este momento, en
esta vida, podrás buscar lo que te falta y lo recibirás porque todo el que
busca de Dios haya, el que pide recibe y que llama a su puerta Él le abre
(Lucas 11:9–10).
El buscar a Dios deriva en
grandes bendiciones para la vida y no debe ser un sueño que posterguemos para
el fin de nuestros días porque no sabemos cuán cerca está ese momento (Salmo
90:9; Job 14:1–2; 1 Pedro 1:24).
Toda gloria humana es
pasajera
Y no retornará el día que
pasó;
Los encantos de una vida
perecedera
Son trampas que el diablo preparó.
Pero tú, hombre de fe, mira
hacia arriba,
Buscando con profundo amor a
Jehová Dios,
Sabiendo que hallarás con fe
genuina
Descanso, salvación y amplio perdón.
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