Por: Pastor Carlos A. Goyanes
He aquí, yo os envío como a ovejas en medio
de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas. ~Mateo 10:16
En
medio de un mundo de violencia y de una sociedad que vive en rebelión contra
Dios, el Señor nos envía como ovejas en medio de los lobos. No solo hay lobos
acechando, sino que vamos a estar en medio de ellos. Los lobos son animales
feroces que trabajan en conjunto para matar a una presa. La persiguen hasta
agotar sus fuerzas y luego la despedazan. Así es el mundo de hoy, persigue a
los creyentes para despedazarlos y destruirlos. El jefe de la jauría es el
diablo que incita a sus agentes (demonios y seres humanos a su servicio) para
destruir todo lo que es de Dios (Juan 10:10). Desde luego, cuando se habla de
seres humanos que son como lobos u ovejas, se refiere a la actitud, el carácter
y la manera de actuar. No es nada raro encontrarnos en estos tiempos con
actitudes como el resentimiento, la violencia, el odio, el egoísmo y muchas
más.
A
nosotros nos toca vivir como ovejas en medio de lobos. Antes nuestra condición
era de rebelión; vivíamos como lobos, pero ahora somos las ovejas del prado del
Señor (Salmo 100:3). Como ovejas tenemos que ser prudentes como serpientes
(Mateo 10:16). Esto no significa tener maldad, porque Dios no nos ha sanado
para seguir siendo malos, sino para que tengamos bondad. Significa que debemos
usar estrategias para salir airosos en ciertas situaciones donde peligramos y
para lograr estrategias que ayuden a la salvación de las personas. No es fácil
mantener una actitud de humildad y de sencillez como palomas (Mateo 10:16). Pero
es necesario mostrar al mundo quién es Dios a través de nuestro testimonio que
incluye nuestro estilo de vida y nuestras palabras. Es necesario que los
cristianos propaguemos el mensaje del Evangelio por todas partes, que
prediquemos el mensaje de Cristo sin avergonzarnos aunque el mundo intente
ridiculizarnos con su falso esplendor. Es necesario que lo hagamos aunque a
nadie le importe, porque así Dios lo ha mandado. En otro tiempo éramos parte de
la jauría satánica, pero Dios por amor a nosotros nos rescató y dando el ejemplo
envió a su Hijo, no como un león, sino como cordero en medio de lobos. Así nos
salvó y espera que seamos parte de ese ministerio de salvación para arrancar de
las fauces de los lobos a muchas personas.
Hoy
reina la incredulidad y la perversidad en el mundo, pero hay esperanza en Cristo
para todo el que en Él cree (Juan 3:16). Hay riesgo de ataques para aquellos
que llevan la preciosa semilla (Salmo 126:6). Es seguro que las lágrimas
correrán por nuestras mejillas al ver como muchas personas rechazan y se oponen
a nuestro ministerio, pero hay que persistir por aquellos que han de ser
salvos. Yo soy quien te manda que tengas
valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios,
estaré contigo dondequiera que vayas. (Josué 1:9 DHH).
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