Thursday, January 19, 2017

Dios No Es Dios De Muertos, Sino De Vivos

...Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Mateo 22:32b

Dios es un ser viviente que no tuvo principio, ni tiene fin. Ha vivido y vivirá de eternidad a eternidad. Es incomprensible para la mente humana; pero siempre ha existido. Por ser el ser dador de la vida Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Los seres humanos hacemos nuestras propias conclusiones acerca de las enseñanzas bíblicas; pero hay una sola respuesta para cada cosa que Dios nos quiere decir. En esta ocasión eran los saduceos, otra secta de los judíos que probaron su suerte para ver si podían hacer caer al Señor en una trampa.
La imagen que siempre se nos ha proyectado acerca de la persona de Jesucristo es de un ser lleno de amor y misericordia, de sacrificio y abnegación, de ternura y bienestar. Todo esto es correcto; pero nuestro Señor en numerosas ocasiones se tuvo que enfrentar duramente con los religiosos de su tiempo. Él tenía que denunciar el pecado en que estaban y los errores que cometían en la aplicación y práctica de la religión judía porque ellos la usaban para defender sus propios intereses.
En este pasaje en particular, los saduceos, que eran una secta religiosa que no creían en la resurrección de los muertos (Mateo 22:23), trajeron una historia al Señor. Le dijeron al Señor: Maestro, Moisés dijo: Si alguno muriere sin hijos, su hermano se casará con su mujer, y levantará descendencia a su hermano. Hubo, pues, entre nosotros siete hermanos; el primero se casó, y murió; y no teniendo descendencia, dejó su mujer a su hermano. De la misma manera también el segundo, y el tercero, hasta el séptimo. Y después de todos murió también la mujer. En la resurrección, pues, ¿de cuál de los siete será ella mujer, ya que todos la tuvieron? (Mateo 22:24–28). Aunque ellos no creían en el Señor le dieron el título de Maestro para adularlo, para que se sintiera cómodo con ellos y después sorprenderlo en un error. Lo llamaron Maestro y no le dieron la categoría que le daban sus discípulos al llamarle Señor. Llamarlo Maestro era igualarlo a ellos, era lo mismo que decirle colega.
El Señor acusó a los saduceos de ignorar Las Escrituras y el poder de Dios. Esta era la causa de los errores que tenían en sus interpretaciones (Mateo 22:29). La falta de conocimiento de la Palabra de Dios o intencionalmente pasar por alto sus enseñanzas ha producido a lo largo de la historia las grandes herejías y ha traído como consecuencia la falta de madurez y solidez en la iglesia. En la resurrección no habrán bodas ni uniones matrimoniales. Nadie se casará en el cielo porque seremos como los ángeles, sin sexo físico. Los ángeles no se reproducen porque Dios no los creó para multiplicarse; pero a los seres humanos se nos dio la misión de multiplicarnos aquí en la tierra (Génesis 1:27–28).

Los saduceos argumentaron acerca de lo que Moisés había dicho; pero Jesús aclaró que no fue Moisés sino Dios quien había hablado (Mateo 22:31). Al citar la frase “Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” estaba hablando en tiempo presente. Él no fue el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, sino que es el Dios de ellos, dando a entender que ellos viven. Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos. Tanto los ángeles como los seres humanos que son criaturas inteligentes y espirituales con libre albedrío pueden escoger su destino eterno. Los ángeles que se apartaron de Dios tras el mal (los demonios) y los seres humanos que no acepten a Cristo serán condenados por la eternidad; sin embargo, son criaturas eternas porque son inmortales (Daniel 12:2). La muerte se refiere a que el alma estará eternamente separada de Dios. No obstante, La Biblia habla de la resurrección como un evento que ocurrirá a todo creyente en Cristo. Los que creyeron antes de Cristo y los que creen después de Cristo en El, serán salvos (Hebreos 9:27–28; 11:24–26).

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